Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son diecisiete metas globales establecidas por la ONU para abordar diferentes desafíos a nivel mundial. Estos buscan un equilibrio sostenible entre el desarrollo económico, social y ambiental.
Las empresas están adoptando los ODS como parte de su estrategia, lo hacen implementando prácticas más sostenibles, invirtiendo en energías renovables y promoviendo la igualdad de género y diversidad en el trabajo.
Debido a las políticas gubernamentales y regulaciones, los ODS están impactando de forma significativa en las empresas. Por eso, contribuir a su consecución es importante para garantizar un futuro más sostenible para todos.
La empresa puede analizar cómo sus objetivos comerciales y los ODS se alinean, y crear un plan de acción para asegurarse de que estén en línea. Por ejemplo, una empresa puede establecer objetivos de reducción de emisiones de carbono para ayudar a alcanzar el ODS 13 (Acción por el clima).
La empresa puede realizar una evaluación de impacto social y ambiental para identificar los impactos (positivos y negativos) de sus operaciones y productos en la sociedad y el medio ambiente. Posteriormente puede establecer objetivos y medidas para mejorar los impactos negativos y maximizar los positivos.
La empresa puede trabajar con otras organizaciones y partes interesadas para abordar los desafíos sociales y ambientales. Esto puede incluir la colaboración con proveedores, clientes, gobiernos locales y organizaciones sin fines de lucro. Por ejemplo, una empresa puede colaborar con una organización sin fines de lucro para establecer programas de educación y capacitación para las comunidades locales.
La empresa puede evaluar y mejorar la sostenibilidad de sus proveedores y socios comerciales, lo que puede ayudar a mejorar los impactos ambientales y sociales en la cadena de suministro. Esto puede incluir la evaluación de proveedores en términos de ética laboral, derechos humanos, responsabilidad ambiental y transparencia.
La empresa puede desarrollar productos y servicios que sean sostenibles y ayuden a abordar los desafíos sociales y ambientales. Por ejemplo, una empresa puede desarrollar un producto que reduzca el consumo de energía y agua en hogares y empresas, lo que puede contribuir al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y al ODS 12 (Producción y consumo responsables).
La empresa puede unirse a iniciativas globales de sostenibilidad, como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas o la iniciativa de Economía Circular de la Unión Europea. Estas iniciativas proporcionan una plataforma para que las empresas trabajen juntas y aborden los desafíos mundiales de manera más efectiva.
Los ODS son un conjunto de metas globales que buscan abordar los principales desafíos mundiales de manera sostenible. Tienen un impacto directo en las empresas a través de su estrategia de RSC y también pueden influir en ellas a través de políticas gubernamentales y regulaciones.
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