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¿Qué es el CSRD?

La CSRD impulsa una sostenibilidad real: exige medir, auditar y comunicar datos ESG. Una oportunidad para reforzar credibilidad, optimizar eventos y demostrar impacto con transparencia.
Fecha de publicación:
17 January 2022

La CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) es una normativa europea que marca un antes y un después en cómo las empresas comunican su sostenibilidad. Fue aprobada por el Parlamento Europeo en diciembre del 2022 y entró oficialmente en vigor en enero de 2023 en España. Su objetivo es muy claro: que las empresas no solo hablen de sostenibilidad, sino que la demuestren con datos reales, medibles y verificables. Esta directiva sustituye a la anterior NFRD (Non Financial Reporting Directive) que consiste en una directiva que viene de la Unión Europea a través de la cual se busca que las empresas divulguen información sobre su impacto en temas ambientales, sociales, derechos humanos y gobernanza, por lo tanto se amplía de forma notable el número de organizaciones que deben presentar informes de impacto ambiental, social y de buen gobierno (ESG) (Environmental, Social and Governance).

¿Y qué exige exactamente? Que las compañías informen, con total transparencia, sobre cuestiones como sus emisiones de CO₂, consumo de energía y agua, gestión de residuos, derechos humanos, condiciones laborales, igualdad, diversidad o cadena de suministro. Ya no vale solo con tener buenas intenciones o lanzar mensajes inspiradores: ahora hay que medir, justificar y reportar. Además, esta información deberá ser auditada, igual que lo son las cuentas financieras.

¿Y qué tiene que ver esto con los eventos?

Mucho más de lo que parece. Los eventos corporativos, congresos o ferias también generan impacto y forman parte de las actividades que las empresas deben reportar. Por eso, medir su sostenibilidad empieza a ser una necesidad, no solo una buena práctica. Aquí es donde plataformas como Bluease ayudan a empresas y organizadores a registrar datos reales de sus eventos (residuos, movilidad, energía, proveedores locales…), analizarlos y transformarlos en informes útiles para cumplir con normativas como la CSRD.

En resumen, la CSRD no es solo una obligación legal: es una oportunidad para que las empresas comuniquen con transparencia, ganen credibilidad y construyan proyectos más responsables. Y en ese camino, medir bien es el primer paso para mejorar.